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miércoles, 22 de octubre de 2025

FOTÓGRAFOS Y LA AFICIÓN A LA FOTOGRAFÍA.

  Aún recuerdo cuando los rollos de fotos se tenían que elegir para según que trabajo si pancromático con colores grises que se ajustaban más a la realidad o ortocromático de contrastes más oscuros, cuando la fotografía solo era para los pocos que conocíamos el manejo de las cámaras analógicas, cuantos amigos y conocidos guardaban sus buena cámaras en sus armarios por desconocer su manejo después de gastarse un dineral en tener la mejor cámara del mercado, velocidad de obturación, iso, apertura de diafragma, llevar las películas al laboratorio del barrio o revelar el blanco y negro en algún rincón de casa., Entonces era una afición de unos pocos, recuerdo como destapaba el carrete y lo introducía en la espiral del tanque revelador todo en la oscuridad del improvisado laboratorio, dejando todo a mano como las tijeras para recortar la solapa de la película y una vez cerrado el tanque ya podía encender la luz y comenzar a llenar de líquidos, primero un ligero enjuague con agua a continuación el liquido revelador, el baño de paro y por último el fijador. Después de escurrir los líquidos dejaba colgando la película hasta secar y como disfrutaba con el trabajo realizado.

En los tiempos contemporáneos no se valora ni se aprecia lo que entonces era un trabajo artesano, ahora la fotografía como tal se ha desvirtuado, cualquiera con un móvil o cámara compacta y su tarjeta de memoria sd. Puede tirar miles de fotos de forma automática sin apreciar lo que entonces era auténtico arte fotográfico. Son signo de los tiempos en lo que todo se quiere con rapidez aquí y ahora, la nitidez de las fotografías en 4K. ,al suave textura de la analógica no tiene comparación.

Ahora unos consejos si al final estás pensando en comprar una cámara, si compacta por la facilidad de transporte, es decir que te la puedes llevar en el bolsillo o una más voluminosa y pesada de llevar de objetivos intercambiables además del costo que puede suponer las lentes, aunque te puedes sentir más involucrado en el proceso fotográfico y ser más flexible con las lentes que te ayudará a aprender y crecer en los diferentes tipos de fotografía a medida que desarrolles tu afición, también los sensores son más grandes que las compactas y de algunos móviles. Si al fin te decides a comprar hay fabricantes de diferentes marcas que ofrecen Kit de lentes a precios de menos de mil euros.


 

 

domingo, 21 de septiembre de 2025

LA EVOLUCIÓN DE UN FOTÓGRAFO CALLEJERO

 

Un Encuentro Inesperado:

LA EVOLUCIÓN DE UN FOTÓGRAFO CALLEJERO

Era una tarde luminosa en un pequeño pueblo que celebraba sus fiestas con fervor. Las risas y los gritos de alegría de la gente resonaban en el aire, mientras el aroma de la comida festiva se mezclaba con el sonido de la música en vivo. Había viajado muchos kilómetros solo para disfrutar de esta vibrante celebración, sin imaginar que ese día me traería sorpresas inolvidables.

Después de un tiempo alejado de mi amigo Luis, nos habíamos puesto al tanto a través de mensajes, y me había confiado sus inquietudes sobre la fotografía; un arte que siempre había admirado, pero que nunca se había atrevido a explorar en profundidad. Fue aquí donde le di el consejo que, aunque sencillo, marcó un hito en su vida: "¡Lánzate a las calles! Captura la vida que te rodea; hay magia en cada esquina, y los resultados serán inmediatos".

Así fue cómo, en medio de la algarabía del pueblo, me topé con él. Al verlo, sentí una oleada de emoción. Había pasado más de dos años desde nuestro último encuentro, y la alegría de ese abrazo efusivo lo decía todo. Nos dirigimos hacia una pequeña cafetería, donde el ambiente acogedor nos invitaba a conversar y recordar viejos tiempos.


Mientras saboreábamos un café, mis ojos se posaron en un expositor repleto de fotografías vibrantes que llamaban la atención de los transeúntes. Las imágenes capturaban la esencia de las festividades: rostros sonrientes, danzas tradicionales, niños corriendo y el colorido despliegue de trajes típicos. Me detuve intrigado y le pregunté a Luis de quién eran esas espléndidas obras que parecían contar historias.



Con una sonrisa en el rostro, casi como si estuviera revelando un secreto muy preciado, me respondió: "Son mías". El asombro me invadió. "¿De verdad?!", exclamé, "has tomado mi consejo al pie de la letra". Y así fue; Luis había seguido mi recomendación hasta sus últimas consecuencias, sumergiéndose en el mundo de la fotografía callejera con una pasión que parecía haber florecido en su interior.


"Me ha ido maravillosamente bien", continuó, sus ojos brillando de orgullo. "He montado mi propio laboratorio y ahora trabajo para varias tiendas del sector. La respuesta del público ha sido increíble". Sentí que una mezcla de admiración y alegría me envolvía. No solo había tomado aquel consejo que compartí de manera casual, sino que había transformado su vida a partir de él.

Luis me mostró algunas de sus fotos, cada una más impresionante que la anterior. Era evidente que había capturado la esencia de la celebración, y en cada toma, podían notarse su dedicación y creatividad. Conversamos durante horas, recordando viejas anécdotas y compartiendo sueños de futuro.

El sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados, mientras el ajetreo del pueblo se mantenía inalterado. En ese instante, comprendí que no solo había ganado un renovado amigo, sino también un artista que había encontrado su camino. Cuando finalmente nos despedimos, sabía que este encuentro no solo era un reencuentro, sino el inicio de una nueva etapa tanto para él como para mí, cada uno persiguiendo nuestras pasiones de maneras inesperadas.

viernes, 19 de septiembre de 2025

UN NUEVO COMIENZO : La Historia de Luis y su Pasión por la Fotografía.

 


- Un Nuevo Comienzo: La Historia de Luis y su Pasión por la Fotografía.

A los cuarenta años, Luis se encontró en una encrucijada. Durante dos décadas había trabajado en una oficina, acomodado entre informes y tareas administrativas que nunca parecieron resonar con su verdadera esencia. Sin embargo, cada vez que miraba por la ventana, su mente viajaba a un tiempo en el que sus días estaban llenos de luces y sombras, donde la creatividad fluía a través de un visor de cámara.

Desde muy pequeño, Luis había sentido una atracción especial por la fotografía. Recorría las calles con su fiel cámara colgada al cuello, capturando momentos efímeros que otros dejaban pasar desapercibidos. La época del blanco y negro era su favorita; Creía que aquellas imágenes despojadas de color tenían una magia particular, una profundidad que siempre le resultaba cautivadora. Pasaba horas en su habitación, encerrado entre aromas a químico y papel fotográfico, revelando imágenes que contaban historias sin necesidad de palabras.

Consciente de que había dejado su pasión en el fondo de un cajón, y tras una noche en vela reflexionando sobre su vida, decidió que era hora de tomar las riendas de su destino. Un amanecer lleno de promesas lo encontró empaquetando su vida laboral. Con cada objeto que guardaba, sentía cómo se liberaba de un peso que había llevado demasiado tiempo. Se despidió de su trabajo y de la rutina que le había mantenido anclado, y con una mezcla de nerviosismo y emoción, tomó rumbo hacia una nueva aventura.

Sus primeros pasos como fotógrafo profesional fueron humildes. Compró un equipo básico y comenzó a hacer retratos a amigos y familiares. A pesar de la falta de experiencia en el mundo comercial, su mirada única y su habilidad para captar la esencia de las personas rápidamente le ganaron seguidores. Poco a poco, la voz se corrió, y empezó a recibir solicitudes para eventos, bodas y sesiones familiares.

Luis no solo se dedicó a sacar fotografías; cada imagen que tomaba era una declaración de amor a lo que siempre había sido. Recorría paisajes urbanos y naturales, buscando la luz perfecta, el ángulo idóneo, y disparaba su cámara con la misma pasión de aquel niño que solía soñar con ser artista. Los días se convertían en semanas, y sus obras empezaron a exponer su visión del mundo: un lugar lleno de matices y emociones.

A medida que su carrera tomó impulso, Luis también se embarcó en un viaje personal. Comenzó a enseñar a otros sobre la fotografía, compartiendo su conocimiento con quienes también deseaban encontrar su voz a través de la lente. Las clases se convirtieron en un espacio de encuentro donde la creatividad florecía, y él era el jardinero que guiaba a sus alumnos a descubrir su propio camino.

Hoy, mirando hacia atrás, Luis confiesa que dejar todo a los cuarenta años fue uno de los actos más valientes y significativos de su vida. No solo redescubrió su amor por la fotografía, sino que también encontró un propósito mayor: inspirar a otros a seguir sus sueños. Su historia es un recordatorio poderoso de que nunca es tarde para volver a empezar y perseguir lo que nos hace vibrar.

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